Criaturas de Topiarius

Exposição individual

Vanessa Freitag

Topiarius significa un antiguo oficio relacionado con el arte del jardín. Esta instalación textil fue concebida mediante el empleo de diferentes técnicas de construcción utilizando hilos, telas, ropa de segunda mano, pequeñas artesanías que colecciono, muñecos de tela, entre otros. La intención fue crear un jardín artificial donde pudiéramos tener un acercamiento a las posibles conexiones entre seres visibles e microscópicos de nuestro entorno natural. El trabajo flirtea con formas abstractas cuya organicidad, aluden a formas elementales con funciones complejas en los organismos, como serían los protozoários, ciertos tipos de bactérias y hongos encontrados dentro y fuera de nuestro cuerpo.

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O processo artístico de Vanessa Freitag parte de um desejo pela construção manual, num prolongado empenho do corpo em cooperação com o pensamento. A artista se vale da observação de elementos botânicos e de outros seres para criar seu jardim artificial, representado aqui pela palavra grega Topiarius. Como quem percorre jardins exóticos a céu aberto ou até mesmo os submersos, descobrimos uma diversidade formal e delineada em tratamentos de cores, texturas, costuras e bordados. Estes parecem brotar das paredes e do teto, se estendendo ao piso e ocupando o espaço expositivo, como as plantas que se apoiam em outras para se desenvolver, transmitindo uma dúbia tranquilidade. Dos pequenos volumes rotundos aos que se distendem em filamentos numa ligação quase maternal a outras peças, as 25 cuidadosamente plantadas no Espacio Limítrofe nos requerem o consentimento de uma presença. Nesse habitat temporário, que nos proporciona visualizar a associação de diferentes organismos, se abrigam existências análogas ao mundo de vulnerabilidade das coisas vivas, com as quais ainda assim encontramos conexões. A estabilidade de todas as criaturas está constantemente em risco no mundo entrópico do antropoceno.

Renata Santini

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El proceso artístico de Vanessa Freitag parte de un deseo por la construcción manual, en un prolongado compromiso del cuerpo en cooperación con el pensamiento. La artista se vale de la observación de elementos botánicos y de otros seres para crear su jardín artificial, representado aquí por la palabra greco-latina Topiarius. Como quien camina por jardines exóticos a cielo abierto o incluso los sumergidos, descubrimos una diversidad formal y definida en tratamientos de colores, texturas, costuras y bordados. Estos parecen brotar de las paredes y del techo, extendiéndose al piso y ocupando el espacio expositivo, como las plantas que se apoyan en otras para desarrollarse, transmitiendo una ambigua tranquilidad. De los pequeños volúmenes rotundos a los que se estiran en filamentos en una conexión casi maternal con otras piezas, las 25 cuidadosamente sembradas en el Espacio Limítrofe nos requieren el consentimiento de una presencia. En ese hábitat temporario que nos proporciona visualizar la asociación de diferentes organismos, se refugian existencias análogas al mundo de vulnerabilidad de las cosas vivas, con las cuales, aún así encontramos conexiones. La estabilidad de todas las criaturas está constantemente en riesgo en el mundo entrópico del antropoceno.

Renata Santini